TEODORO RAMÍREZ

Teodoro Ramírez (Ayacucho, 1964). Actualmente vive en el distrito de Huaycán. Ate. A la edad de nueve años entró al taller de retablos CEO “La Libertad” con el maestro Julio Urbano Rojas, participó en concursos de Arte Popular, exposiciones nacionales e internacionales con obras como “Pobrechalla Campesino”, “Paradigmas”, “Uchuraccay”, “Exhumación”, “Pacha Mama”, “Fiesta del Agua” etc. Actualmente se dedica a la docencia y producción de cerámicas y retablos.  Ganó el Concurso Nacional de Retablo con “Pobrechalla Campesino” en 1987. Participó en una exposición colectiva “Cuando la pena se transforma en arte” sobre los derechos humanos en Núremberg, Alemania. Trabaja temas sobre el Conflicto Armado y memoria. Su última exposición fue “La Barbarie y la esperanza: Los retablos latentes de Teodoro Martínez” en el Centro Cultural de Bellas Artes. Actualmente es docente en la Escuela Nacional de Bellas Artes.

“Existen mártires anónimos, quienes dieron su vida por la libertad y ayudaron a las comunidades, Ellos son de respetar”

sobre arte

Era muy pequeño cuando ví por primera vez un retablo. Pude ver  escenas de campesinos, sus vivencias y sus costumbres. Me gustó mucho porque el retablo es una arte donde se plasman muchas cosas a la vez. De adulto, el retablo como expresión artística, se convirtió e­­n un medio para transmitir temas controversiales,  donde podía poner en imágenes situaciones sociales para generar reflexión. A mí me da mucha satisfacción ser artista porque no es un imposición, es todo lo contrario de seguir una moda. El artista tiene que saber qué es lo que quiere hacer y qué es lo que desea transmitir a través de un objeto artístico.

Para mi, el arte es un medio de expresión con el que tengo bastante responsabilidad para contar  la historia del Perú.

sobre el retablo

Cuando vivía en Ayacucho tenía 9 años y la profesora de la escuela llevó a todo el salón a un programa de formación laboral. “Pueden hacer formación laboral” dijo. A media cuadra del colegio quedaba una escuela de artesanía. Allí daban clase de cerámica, ebanistería, retablo, así muchos talleres. Varios niños y yo nos quedamos a aprender, otros iban solo por la nota. Yo me matricule e hice 3 años de retablo. Nunca pensé que se convertiría en una forma de vivir. Yo seguía porque me gusto. A los 15 años dije “voy a trabajar y vivir del retablo”. Después por necesidad, me fui a Huancayo y durante 4 años no hice ningún retablo. Lo intenté pero no encontré suficiente material. Regresé a Ayacucho y recién comencé a crear.

A los 17 y 18 años temas costumbristas, sembríos y fiestas populares. Es decir, artesanía para turistas. A pesar que no era muy bueno tenía que mejorar rápido porque tenía vender para subsistir. Copiaba a los maestros y le agregaba imágenes de mi infancia, como de las chacras con mis padres o cuando hacía trueque con los vecinos; de esa manera plasme formas propias y poco a poco dejaba atrás mis referencias.

MI VIDA

Mi trabajo retrata el conflicto armado de los 80s en Ayacucho porque fue lo que me tocó vivir, tenía testimonios directos, tenía amigos de los dos lados, tanto senderistas y militares. Tengo que confesar que era muy difícil exponer el conflicto social durante los mismos años que ocurría el terrorismo.

A los 19 años tenía diplomas y certificados como retablista. Durante esa época existían concursos nacionales muy interesantes. A los 21 años gané un 2do puesto a nivel provincial con un retablo titulado “Yawar Fiesta” y un 1er puesto a nivel nacional con “Lamento campesino” o tambien conocido como “Pobrechalla campesino”. Este era un retablo de 4 pisos que retrataba el asesinato de Uchuraccay [1] . Intuía  que este último trabajo era importante.

Varias personas querían comprarme el retablo “Pobrechalla campesino”[2]

El piso superior ilustra el asesinato de Uchuraccay con un realismo brutal, y que es visible en todo el retablo. Como ya hemos comentado, los ocho periodistas y el guía también aquí están tratados individualmente, identificados … mientras que los campesinos, que en el retablo aparecen masacrados, permanecen en el anonimato tanto en la representación como en la realidad.”

Un vendedor de boletos aéreos, un comerciante, un  dueño de restaurante intentaron comprarlo; pero quería vendérselo a una persona que colocara el retablo en un espacio público donde la gente lo viera. Así que cuando me ofrecían un precio siempre preguntaba: ¿Dónde lo piensas colocar? Sucede que un día un gringo vino a la exposición. Me hizo muchas preguntas, como : ¿Dónde quedaba mi taller?, ¿Qué era lo que hacía? Uno de esos días fue a mi taller y  tomo muchas fotos de todos los retablos y no sé qué me paso por la cabeza que le dije: Mister, le vendo el retablo. Me preguntó: ¿A cuánto? le dí un precio y me dijo: ¡Ya! Pero, ¿Cómo me lo puedo llevar?, ¿Es muy frágil? Por mi lado, rápidamente saque cuentas en mi cabeza y le dije: Hagamos algo, se lo vendo y se lo llevo a su casa. El señor se sorprendió y me pago el viaje de vuelo a Lima. Llegue a Lima, él vivía en Miraflores, me abrió la puerta y  me dijo: Por favor, llévalo adentro. Recuerdo que entré a algo parecido a un almacén, allí él tenía mates burilados, tapices cerámicas de muy buenos acabados. Nunca le pregunte que hacía o a qué se dedicaba;solo pensé que seguramente trabajaba en un museo o era un coleccionista. Eso paso el año 1988.

En los 90s fui a Lima para trabajar. Trabaje de seguridad en Aero Perú era una Asociación de Militares.   Me instale  en Miraflores. Allí no tenía contacto con artesanos era como vivir en una burbuja, me aislé. Así deje el tema del conflicto.

De repente en el año 2004 mi hermana me llama desde Ayacucho y me dice: “¿Recuerdas, al gringo Rainer (Huhle)[3] el alemán?” Te está buscando. Sucede que Rainer dió una conferencia sobre derechos humanos en la Universidad Nacional de Huamanga y una vecinita que había asistido a la conferencia le dio mi contacto.  Él viajó a Lima y nos encontramos, me preguntó ¿Qué estás haciendo? No sabía que responderle. Rainer me dijo: Teodoro, tu obra participó en esta exposición. La exposición se llamó “Cuando la pena se transforma en arte”. Mientras en Perú se realizaba la entrega de cuerpos en Ayacucho; en Alemania se hacía una exposición de arte popular de  artistas que no habían callado durante los acontecimientos más sangrientos del Perú en Nuremberg. Allí, recién me enteré que Rainer era un activista de los derechos humanos. 

Yo me sentí feliz, mi obra junto a otras obras, que recién salían a la luz.

En mi obra denunciaba explícitamente tanto a los terrucos [4] y a los militares, era un testimonio real y sensible, y justamente era lo que siempre había deseado.


[1] El 26 de enero de 1983, los periodistas Willy Retto, Jorge Luis Mendívil Trelles, Eduardo de la Piniella, Octavio Infante, Amador García, Pedro Sánchez, Félix Gavilán y Jorge Sedano Falcón llegaron a la alejada comunidad ayacuchana de Uchuraccay donde fueron asesinados.

[2] http://www.menschenrechte.org/peru_ausstellung/transfondo.htm

[3] https://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/CED/RainerHuhle.pdf

[4] Apelativo que se refiere a los Terroristas. Seguidores de Sendero Luminoso

sobre terrorismo

Yo soy un sobreviviente del terrorismo, yo no era  ni militar, ni terrorista, ni mucho memos soplón era un simple ciudadano. Cuantos atentados cercanos ¡uf! de las que me he salvado. He tenido suerte. En eso años en cualquier momento estabas en medio de una redada, te encarcelaban, te acusaban y luego aparecías muerto.  He tenido amigos y familiares víctimas del terrorismo. En esa época la población estaba dividida, algunos conformaban filas de Sendero Luminoso, otros estaban en contra. Jóvenes de 18 , 19 años que hablaban muy seriamente sobre política y temas de actualidad. Les preguntaba:

¿Por qué revientan los postes de luz si a todos nos afecta de manera negativa? En esos tiempos los niños no pueden estudiar, los trabajadores tampoco, yo trabajaba con velita”. ¿Por qué no van contra su enemigo directamente?, pregunté, ellos respondían: “Tenemos que destruir todo este sistema”.

Es decir, su objetivo era destruir todo y construir de la nada literalmente, no les importaba nada. Luego, pensé: No era eso, creo que era que mientras los campesinos más pobres y desesperados estuvieran, más se plegarían a sus filas, era un cálculo malévolo. Un plan lleno de errores. En otra ocasión, les pregunté: ¿Por qué matan a los dirigentes, gobernadores, tenientes, e inclusive a pastores? “Porque ellos sostienen el sistema” me contestaron. Para Sendero, no existía nada, solo ellos impondrían su forma de gobierno y su política. Al ver estas injusticias, los mismos campesinos se defendieron y crearon las rondas campesinas sin ayuda de militares, ellos se “comieron el pastel”. Y por supuesto, ante el caos tenían que defenderse, este tipo de contextos y confusión provocó Iquicha y Uchuraccay.

Por otro lado, ellos tenían argumentos visibles e irrefutables. Como ¡Mira, ese campesino que está trabajando de cargador!, ¿Tú, crees que hay futuro para él? Por él estamos luchando. “¡Mira! esos niños no estudian; ellos nunca van a estudiar nada porque apenas tienen para comer”. Y era cierto; eran muchos y en todas partes.

Vivíamos en una sociedad donde muchos no tenían ni siquiera servicios básicos, mucho menos trabajos dignos.

sobre LO QUE SIGNIFICA EL GENERAL JOSÉ DE SAN MARTÍN

De niño, cuando asistes al colegio, te enseñan que San Martin fue el libertador, un patriota que liberó varios países. En efecto, liberó al País de la tiranía del colonialismo pero a profundidad San Martin, también tuvo sus propios objetivos políticos. Hubo muchos intereses desde los países europeos para financiar las guerras de la independencia. Por tanto la imagen de San Martin es un icono más que esta registrado en la historia oficial, pero a diferencia de otros mártires no es al único que le debemos de tener admiración.

Existen otros mártires anónimos que dieron su vida por la libertad y ayudaron a las comunidades. Ellos son de respetar.

sobre LAS COMUNIDADES INDÍGENAS

Las comunidades indígenas han sobrevivido a muchos episodios crueles y son una referencia para reconocernos como país. Las comunidades indigenas son culturas vivas a quienes se les siguen negando ciudadanía en diferentes partes de Latinoamerica. Ante eso, las comunidades tratan de seguir juntas para seguir luchando por un justo reconocimiento.


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